Quiero comer, no 2 GB

1 abril 2009

Funcionan como guarderías/depósitos de niños y adolescentes; funcionan como un lugar donde los chicos se sienten libres, sin la supervisión de los adultos, y pueden consumir pornografía o videojuegos violentos sin ninguna restricción. Los cibers, también funcionan como el único modo que tienen miles de personas en Argentina para acceder a Internet (e incluso, a una computadora). Y esto es bueno o malo, según cómo se mire.

Es cierto que no todo el mundo tiene igual acceso a esta red de redes, que no en todas las ciudades tiene el mismo precio, y que no todas las poblaciones están igualmente capacitadas para pagar por Internet. En África, por ejemplo, el porcentaje de usuarios de Internet en 2007 era del 3.6%*.

Sin embargo, si a cada africano se le pidiera que arme una lista de problemas para solucionar en su respectivo país, creo que el acceso a la red no estaría entre las cinco primeras prioridades. Millones de niños mueren antes de cumplir 2 años, la cantidad de decesos por enfermedades curables es altísima. La esperanza de vida es de 45/46 años; el 60% de los infectados de SIDA a nivel global vive en África. Ahí, una minoría “privilegiada” accede al agua potable.

No creo importante hacer una cruzada para que Internet llegue a todos los habitantes del continente negro, porque esa idea está vista desde un lugar diferente al de ellos. A veces pensamos que ellos tienen una necesidad que ellos no sienten. Trato de imaginar a un nene africano de 15 años, que quizás ya vivió más de la mitad de su vida, con la panza hinchada de hambre, con moscas sobrevolando su cabeza (ya que han puesto huevos en las orejas del menor), con un balde para ir a buscar agua relativamente potable a 5km de su casa (lo que es relativamente cerca), feliz de la vida, sentado frente a una PC de un ciber en Sierra Leona, jugando al Counter Strike. De repente, suena la música de la película “Rocky”: es su celular (que tiene atado a la cintura con una liana). La madre lo está llamando para que se acuerde de buscar el agua. Trato de imaginarlo, pero no puedo.

¿Será prioridad una computadora con acceso a Internet?

¿Será prioridad una computadora con acceso a Internet?

Pedir que haya Internet en África es priorizar lo urgente sobre lo importante, que, para colmo de errores, está categorizada con una mirada demasiado “occidental” y ajena al problema real (mejor dicho, a los problemas reales).

Esto no significa no reconocer la utilidad de Internet o de los celulares, sino simplemente, creer que la vida de algunos “desglobalizados” no necesita de estos avances tecnológicos, y que ellos no serían más felices con esa tecnología de punta. África necesita que enarbolemos la bandera de la igualdad en el acceso a la salud, a la alimentación, al agua potable, a la educación, al respeto de los derechos humanos, a la seguridad jurídica (los pueblos son arrasados por la riqueza mineral de sus tierras), a los preservativos, y a un interminable etcétera.

¿Y por casa cómo andamos?

Geográficamente más cerca, en Argentina, la brecha digital existe. No todos tienen Internet en su casa, no todos gozan de la misma velocidad, no todos pagan lo mismo, y no todos están igualmente capacitados para usarlo (las personas mayores, o quienes sufren alguna discapacidad, por ejemplo). Sin embargo, tengo que volver a oponerme a la idea generalizada de que Argentina es un país atrasado culpa de que no todos tienen el mismo acceso a Internet.

Prometo ponerme zapatos nuevos para pegarle una patada en la nuca al gobernante que regale notebooks en La Calera, mientras allá sigan existiendo casos de desnutrición infantil. ¿A qué infradotado dirigente político se le ocurriría pensar que en una de las tantas villas miseria de Córdoba, donde no todos pueden darse el lujo de comer todos los días, darles acceso gratuito a Internet va a hacerlos sentir menos excluidos, más iguales, y con mayores posibilidades de un trabajo digno? Antes de eso, necesitarían gas, comida, salud, un trabajo digno, entre otros «detalles».

Imagen de La Voz del Interior en barrio Los Filtros

Imagen de La Voz del Interior en barrio Los Filtros

Las brechas digitales existen, pero es improcedente preocuparse por ellas cuando hay problemas mucho más importantes (y urgentes) que necesitamos solucionar. Quejarse de que nuestra conexión a Internet es de 512, cuando en Madrid es de 2 GB, es tan estúpido como no reconocer que tenemos casi un 50% de población bajo la línea de pobreza. Y  la forma de integrar a esta última franja poblacional no es regalarle una computadora con conexión wi fi de 2 GB.

Otras fuentes:
http://www.20minutos.es/noticia/135704/0/africa/esperanza/vida/
http://www.universia.es/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=71462

La primera imagen fue tomada de acá

2 Responses to “Quiero comer, no 2 GB”


  1. qué triste resulta.

    Muy bueno el post

    Es la primera vez que entro, habrá retorno

  2. Guripanzudo Says:

    Gonzalo, qué buen artículo. Lo que decís es tan cierto y crudo que al leerlo me subleva. Con el discurso de la importancia de achicar la «brecha digital» y todo ese trastorno de valores que evidencian y transmiten algunos sectores no hacen más que confirmar que sobre la frase de Goebbels «miente, miente, miente que algo queda» (tan siniestra como su mentor) algunos han erigido una profesión.


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